Lienzo para envolverse como falda

Pueblo bakuba

Provincia de Kasaï, República Democrática del Congo

mediados del siglo XX

La urdimbre y la trama son de rafia, la fibra extraída de las hojas tiernas de una palma nativa de la región ecuatorial de África (Raphia farinifera), teñida con colorantes vegetales. El lienzo se compone de siete piezas tejidas a mano en un telar vertical. La estructura de tejido es ligamento sencillo, con adornos recortados y bordados, agregando caracoles cauris y pequeñas cuentas, fabricadas al parecer con semillas.

El pueblo bakuba habla la lengua likuba, que pertenece a la rama bantú dentro de la familia Níger-Congo, el linaje lingüístico más diversificado en el planeta. La gente bakuba habita la cuenca del río Kasai, afluente del Congo, una región cálida y húmeda con extensos bosques tropicales. En estas comunidades, el tejido es tarea de los hombres, mientras que las mujeres decoran los textiles ceremoniales con bordados, teñidos de reserva o labores de appliqué (recortes cosidos sobre una tela de color contrastante). Tradicionalmente se usan diversas plantas silvestres de la selva para obtener los tonos rojizos y amarillentos en la rafia, mientras que los colores más oscuros se logran combinando taninos con lodos ferrosos.

Estos lienzos largos dan varias vueltas alrededor del cuerpo al usarse en las danzas y otros rituales; mujeres y hombres visten variantes distintivas de la prenda, que marcan además diferencias de estamento social. Los textiles bakuba muestran una diversidad excepcional de estilos y diseños, caracterizados por su libertad de experimentación, su gusto por los contrastes de color, su rechazo a los diseños figurativos, su fijación en los patrones abstractos y su negativa a aceptar materiales, técnicas y diseños del exterior, particularmente de las culturas occidentales que colonizaron la mayor parte del continente africano. Francisco Toledo tuvo especial aprecio por estos textiles; una magna exposición de lienzos bakuba, propiedad de un coleccionista belga, fue presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca a principios de los años 1990 por gestiones del Maestro.

Al presentar este lienzo al lado de “Flechas al Cielo”, buscamos hacer patente una forma contraintuitiva de decorar y realzar un tejido: crear aperturas dentro de él. En la pieza anterior, Noé Pinzón abrió las pequeñas ventanas manipulando con destreza las tramas para agrupar a los hilos de la urdimbre por grupos cerrados. La artista bakuba partió de un tejido terminado, para abrir las ventanas recortando hilos tanto de la urdimbre como de la trama y agregando después con aguja un zigzag de adorna y refuerza. La técnica es así distinta en cada caso, pero el impulso creativo es análogo: jugar con el vacío.

Colección de Marla Mallett / Donación de Francisco Toledo al MTO

Lienzo para envolverse como falda;