Metamorfosis

Sea en la granja o en el zoológico, cuando vemos a un caballo o a una foca a los ojos, percibimos a un ser afín a nosotros, capaz de sentir dolor y placer. Quizá por eso han sido los animales un tema obsesivo en el arte a partir de las pinturas rupestres hace 30,000 años. El textil no es una excepción: en los fragmentos de tejidos más antiguos encontrados en la costa del Perú, en Egipto y en el Centro de Asia figuran de manera prominente aves, peces y cuadrúpedos. Pintados o bordados, trazados con realismo o plasmados en la abstracción, los animales transmiten mensajes complejos que admiten lecturas múltiples. Si el pavorreal denota vanidad, un águila puede representar el poderío de un imperio o convertirse en un monstruo cosmológico. Pocos diseños nos dicen tanto y nos cautivan tan fácilmente.