La lente que derrama color

Rafael Doniz lleva una trayectoria singular como artista de la cámara. Quienes conocimos su trabajo a principios de los años 1980, recordamos vívidamente las imágenes que reunió en el libro “H. Ayuntamiento Popular de Juchitán”. Sus fotografías en blanco y negro captaron con habilidad extraordinaria la energía de un movimiento social. Los cuerpos retratados quedaron fijos sólo por un instante, a punto de proseguir la marcha, y los rostros parecen hablar, o más bien gritar. Los puños se agitan en lo alto, mientras que las enaguas apuradas susurran consignas al rozar la arena. Sin buscar lo exótico, Doniz plasmó con sensibilidad la pasión de la gente istmeña en el bregar de todos los días, en la fiesta y en el mitin político. Sus fotografías juchitecas son testimonios de una gran valentía y un gran valor humano.