Movimiento, hilos y color. Un patrimonio compartido

La presente exposición de fotografía etnográfica no sólo intenta difundir la belleza, la osadía en las técnicas y la diversidad de los trajes; sino también mostrar que en cada prenda, en cada diseño, hay mujeres y hombres haciendo posible la existencia de este patrimonio cultural. Gracias a su creatividad, ellos reproducen, recrean, defienden y reconfiguran no sólo su vestimenta, sino su cultura.

Ñimin, el dibujo de la tierra

El vuelo de Llampezken (mariposa) a Oaxaca presenta al textil como una forma cercana de
registro y una herramienta que recupera y revitaliza la memoria del pueblo mapuche a través de los ñimin (dibujos) plasmados; mostrándolos como medios de comunicación y formas de resistencia contenedores de la identidad, cosmovisión y saberes de un pueblo; “remineralizando” la memoria colectiva para reconocerse en el aquí y ahora con el hacer cotidiano.

Metamorfosis

Sea en la granja o en el zoológico, cuando vemos a un caballo o a una foca a los ojos, percibimos a un ser afín a nosotros, capaz de sentir dolor y placer. Quizá por eso han sido los animales un tema obsesivo en el arte a partir de las pinturas rupestres hace 30,000 años. El textil no es una excepción: en los fragmentos de tejidos más antiguos encontrados en la costa del Perú, en Egipto y en el Centro de Asia figuran de manera prominente aves, peces y cuadrúpedos. Pintados o bordados, trazados con realismo o plasmados en la abstracción, los animales transmiten mensajes complejos que admiten lecturas múltiples. Si el pavorreal denota vanidad, un águila puede representar el poderío de un imperio o convertirse en un monstruo cosmológico. Pocos diseños nos dicen tanto y nos cautivan tan fácilmente.

Herencia de moros: Alforjas, alfombras y almohadas

Los pueblos latinoamericanos solemos reconocer tres raíces culturales: las sociedades indígenas originarias, los invasores ibéricos y los esclavos expatriados del África subsahariana. Hay una cuarta raíz que tendemos a desconocer, pero que se revela tanto en nuestra lengua como en nuestra cultura material. El castellano heredó varias palabras que no son europeas para designar tejidos y prendas de vestir que siguen vigentes entre nosotros, quinientos veinte años después de que los Reyes Católicos conquistaron Granada. Nos referimos a términos como gabán, del árabe qabā’; chaleco, del turco yalak; y tafetán, del persa tāftè. Pertenecientes a familias distintas, estas tres lenguas muestran rasgos fonológicos característicos que nos permiten rastrear la procedencia de los vocablos tomados en préstamo por el español antiguo.

Las fibras que atan a México: Izote

En el marco del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana que se conmemoran este año 2010 el Departamento de Diseño Textil de la Universidad iberoamericana se congratula en mostrar a la comunidad universitaria la Exposición ¨Las Fibras que atan a México ¨ ….. Izote , en un contexto de historia, arte y diseño da a conocer las fibras que han atado a México desde la antigüedad.

Nuevo Diseño Textil Oaxaca 2011

Zenaida Pérez Mendoza es una tejedora magistral de Pinotepa de Don Luis, en la costa de Oaxaca. Zenaida habla tu’un savi, que podemos traducir como palabra de la lluvia sagrada. En español designamos a su lengua y a su pueblo como “mixtecos”, término derivado del náhuatl mixtēcah, gente de las nubes. El año pasado de 2010, Zenaida tejió tres lienzos para un huipil que le encargó Remigio Mestas Revilla, apasionado promotor del arte textil de Oaxaca. Zenaida tejió esta vez el tipo más fino de huipil, usado antiguamente por una mujer el día que se casaba y guardado por ella con cuidado toda su vida para ser enterrada en él cuando moría. Olga González Pérez, hija de Zenaida, ha seguido los pasos de su madre.

Hilos del país de las nubes: Textiles comunitarios de Oaxaca

El textil oaxaqueño sobresale entre las artes visuales de los pueblos americanos por la diversidad de sus materiales, formas y diseños. En esta región montañosa, ecológicamente muy compleja, donde los grupos étnicos mayoritarios se denominan a sí mismos la ‘gente de las nubes’ y el ‘pueblo de la lluvia’, se han usado muchas clases de plantas, de animales y de minerales para obtener fibras y colorantes, probablemente en mayor número que en otras áreas del continente. De manera paralela, las estructuras del tejido parecen haberse diversificado más en Oaxaca que en otras zonas de México y de Centroamérica. Muchas de esas fibras, tintes y técnicas han dejado de usarse en los últimos cincuenta años. A la par de ellas se ha perdido una gran destreza manual y un repertorio muy amplio de diseños.

KIPARÁ: Pintura Corporal Embera

El “kipará”, significa en lengua “êpera pedea” pintura facial y corporal, y es un elemento de vital importancia en la estructura cultural de la etnia Embera, porque posee una función primordial de identificación y aceptación. Por medio de ella, interactúan los diferentes componentes de su mundo – dioses, hombres, animales, plantas, objetos – en sí todos los integrantes de la madre tierra. Cuando una mujer porta en su pintura los símbolos que identifican la ranita, los que la observan los identifican y comprenden que ella la está aceptando como parte de su mundo. Se establece un puente de comunicación entre el Jaibana (chamán) y el mundo de las esencias, habitado por los jai (esencias ó espíritus), logrando una relación entre lo humano, lo natural y lo mítico.

Para vestirse de vidrio – La chaquira y sus antecedentes​

La historia de las cuentas, es decir, objetos ornamentales ensartados en un filamento, se remonta a tiempos muy tempranos, mucho antes que los seres humanos comenzaran a tejer. Las cuevas excavadas recientemente en las costas del Cabo de Buena Esperanza en el sur de África atestiguan el uso de ocre rojo y conchas hace 110,000 años. Se trata de moluscos de aguas profundas, que habrían perdido cualquier brizna de alimento durante el largo arrastre hasta la playa. Las mujeres y los hombres, y seguramente también los niños, recolectaban esas conchas porque les gustaban; no parece haber otra explicación. Podemos imaginar que juntaban también semillas duras brillantes y otros materiales orgánicos visualmente atractivos que no se preservaron en el registro arqueológico.

El quechquémitl, prenda exclusiva de México​

El huipil, la falda de enredo y otros tejidos indígenas tienen contrapartes en otras zonas del mundo. En cambio, el quesquémel, palabra que proviene del náhuatl quechquēmitl (‘prenda del cuello’), sólo se conoce en México. La pintura mural, los códices y la escultura atestiguan su antigua presencia en Oaxaca y el sur de Mesoamérica. Dentro del extenso acervo de cerámica del período clásico de Monte Albán, una de las urnas más imponentes y hermosas representa a una mujer divina arrodillada, ataviada con un rodete de tlacoyales y un quesquémel con el glifo 13 Serpiente en la punta. Otro ejemplo notable de esta prenda durante la época prehispánica en Oaxaca proviene del códice Selden, manuscrito mixteco del período postclásico, donde la señora 6 Mono es acreedora del sobrenombre “Quechquémitl de Guerra” por sus proezas militares.